lunes, 8 de abril de 2013

Con los brazos abiertos


Tras un año en la cuneta, en la estacada, en el abandono, chupando banquillo… en definitiva: en el paro, la droga de la comunicación ha vuelto a darme una nueva dosis. Pero no una cualquiera, no.

No me refiero al hecho puro y duro de asistir a una rueda prensa, buscar un tema o gestionar desde un gabinete de comunicación alguna petición de otro periodista, yo hablo de una dosis de  compañerismo. En el gremio periodístico, por lo menos en el mundillo informativo albaceteño, los integrantes de la malograda prensa no podemos presumir de grandes sueldos, riquezas o propiedades adquiridas gracias a nuestra profesión, pero sí que podemos sacar pecho de ser COMPAÑEROS.

Colegas de esos que se ayudan,  de los que se alegran de que el otro haya vuelto al mundo laboral (aunque sea sólo por unos días), de los que no se saltan ‘la cadena’ a la hora de gestionar un tema, y por supuesto, de aquellos que se respetan.  En definitiva, de compañeros de batallas que te reciben con una sonrisa y que te hacen sentir bien y mal a la vez.  El Yin gira en torno a sus expresiones, sus preguntas, la forma en que se dirigen a ti y el modo en que te muestran su alegría por tu vuelta; y el Yang depende también de los factores arriba mencionados, pero esta vez por la carencia de los mismos de ahora en adelante.

Por todo ello, y por muchas más cosas que no puedo contar por miedo a que se me caiga la lagrimilla, aprovecho este humilde blog para dar las gracias a quienes durante cinco años han estado conmigo codo con codo en la redacción, en las ruedas de prensa,  en los ‘canutazos’, o en cualquier acto institucional, cultural, suceso, inauguración o evento periodístico que se precie.

Gracias por seguir con los brazos abiertos, así da gusto volver.