miércoles, 20 de febrero de 2013

Los periodistas NO somos comerciales

Con la misma facilidad y rapidez con la que van desapareciendo muchos de los medios de comunicación que hasta ahora nos han acompañado día a día, surgen nuevos portales informativos. El apellido les queda grande porque no son más que plataformas de publicidad enmascaradas bajo el deseo de quienes las dirigen de llenar sus bolsillos (esto me suena de algo). Aquí, como en el noventa y muchos por ciento de los casos,  la información es lo de menos, un ardid,  una excusa buenísima que hace las veces de timo para engatusar a aquellos periodistas que desean volver al mercado laboral o que quieren comenzar a labrarse un futuro en la profesión.

Si en los medios ‘convencionales’ la figura del periodista era la de menor peso y la más denostada por el resto de componentes de la plantilla, en los portales web antes mencionados la cosa cambia. Parecía difícil sí, pero el cambio es a peor. Ahora el escriba tendrá que hacer las veces de comercial y por ello se llevará un tanto por ciento de la venta. Qué buena opción, un sobresueldo, pensarán muchos. Pero nada de eso. El timo está implícito en la ‘buena voluntad’ de la empresa contratante.Negocio redondo. Un dos por uno en toda regla: el portal se queda con el artículo de forma gratuita, y paga al articulista sólo por su labor como hábil vendedor del sitio web.

Llegados a este punto tan triste yo me pregunto: ¿No sería mejor que estos ‘medios’ en lugar de buscar periodistas  se dedicaran a contratar comerciales y publicaran única y exclusivamente lo que llega a través de  notas de prensa y canales oficiales?; ¿No es hora ya de que dejen de timar a un sector que va a la deriva?; ¿No es suficiente con soportar jornadas infernales de trabajo, horas y horas de fijación ante un ordenador, numerosas páginas que rellenar, temas de fin de semana, artículos de nevera, reportajes novedosos…?

Si queremos que la profesión salga adelante tenemos que parar el tsunami 2.0 y dignificar el sector, debemos renunciar a estas ofertas de trabajo engañosas y poner en valor nuestra labor informativa. Y para ello hemos de hacer saber a quienes mandan que los periodistas escriben, no hacen fotos, ni graban recursos, ni editan vídeos… Es hora de que el Licenciado en Ciencias de la Información ejerza como tal, el fotógrafo sea quien tome las fotografías, el cámara se encargue de los recursos gráficos, y de que a final de mes haya un sueldo y  sea digno. 

miércoles, 6 de febrero de 2013

Zona de confort

“Hay que abandonar la zona de confort”, “La vida empieza donde acaba tu zona de confort”, “Para evolucionar hay que salir de la zona de confort”. Zona de confort, zona de confort, zona de confort… Ésta es, sin lugar a dudas, la zona más manida en la actualidad.

De repente, ese lugar mental en el que nos encontramos cómodos con lo que tenemos, y en el que el miedo a lo desconocido pesa más que las ganas de dar un giro a nuestra vida, ha pasado de ser un completo desconocido para la mayoría de los mortales, a estar presente en conversaciones y publicaciones multimedia al alcance de todos.

Pero, como todo en la vida, las cosas no llegan porque sí. Los post sobre el miedo a sacar los pies del tiesto sólo te invitan a reflexionar cuando ves que para seguir adelante hay que mirar más allá de donde muere el sol en el horizonte.


Toca liarse la manta a la cabeza y buscar nuevos caminos, destinos, trabajos y experiencias que nos lleven a una versión mejorada de nosotros mismos. O por lo menos, una que nos permita volver al mercado laboral, que nos haga sentirnos útiles, que mantenga ocupada nuestra mente y que nos proporcione una recompensa económica con la que podamos mantenernos y continuar siendo independientes.Para ello muchos optarán por ampliar su formación académica (estudiar un máster o aprender algún idioma) mientras esperan que España se recomponga y vuelva a ser un país digno de los sueños de sus habitantes. 

Otros probarán suerte en el extranjero: saldrán a la vieja Europa, en busca de una oportunidad, o viajarán hacia América del Sur obnubilados con la capacidad de crecimiento de lugares como Chile, Brasil o Argentina. Economías emergentes que hace no tanto sufrieron el exilio de sus habitantes.

Paradójicamente un alto porcentaje de éstos viajaron a nuestras fronteras en busca de un sueño español del que no quedan ni las legañas.