domingo, 10 de marzo de 2013

Dejar a un lado el lamento y preguntarse POR QUÉ


Hoy domingo 10 de marzo de 2013 ha salido a la calle el último número impreso de EL DÍA DE C-LM, un medio que hace menos de un año tenía representación en cuatro de las cinco provincias de la región y al que los avatares económicos le hicieron ‘fusionarse’ en un solo diario que pretendía recoger la actualidad de Castilla-La Mancha. Una labor que llevó a cabo, desde mi humilde opinión, con más pena que gloria. Me explico: ¿Cómo un medio que se hace llamar a sí mismo “periódico” y “de calidad” puede pretender recoger lo que ocurre en una región tan amplia como Castilla-La Mancha contando con el grueso de redactores en la provincia de Cuenca y una pequeñísima representación en Toledo? ¿Qué ocurre con la actualidad del resto de provincias? ¿Con qué criterio se ha estado escribiendo sobre lo acontecido, por ejemplo, en Albacete (capital más poblada de la región)? ¿Durante estos últimos diez meses EL DÍA se ha limitado a publicar las notas de prensa e informaciones llegadas por los canales oficiales  Y lo que es más importante: ¿Qué ha pasado para que este medio que ha estado a punto de cumplir treinta años de vida haya tenido que cerrar? ¿Falta de ingresos, de financiación pública, de apoyo institucional?

En el  POR QUÉ, en descubrir los motivos del cierre, subyace una información clave que en el último ejemplar de EL DÍA  han omitido las más de cincuenta personas que han querido colaborar dando su pésame a editores, trabajadores y lectores del citado medio. Buena parte de los firmantes son miembros de la plantilla; otros, colaboradores esporádicos de la cabecera, pero también hay nombres más conocidos que se han querido sumar a la causa. Exceptuando a los trabajadores, el resto de escribas desconocerá que quienes conformaban la plantilla de EL DÍA se las veían canutas para cobrar su sueldo a final de mes y que incluso han sufrido meses y meses de acumulación de deuda.



El compromiso de pago insatisfecho se hace también extensible a quienes hace un año formábamos parte de la plantilla de EL DÍA en alguna de sus cabeceras provinciales. Dentro de un mes se cumplirá el primer año del cierre de EL DÍA DE ALBACETE y, por el momento, gran parte de los trabajadores seguimos sin cobrar los cinco meses que se nos adeudan.  Por ello, aunque la noticia del cierre de un medio de comunicación es siempre muy triste, creo que es justo romper una lanza en favor de la dignidad de periodistas y periodismo.

Los periodistas lo somos por vocación y en innumerables ocasiones los editores se aprovechan de ello. Echamos horas de más (no nos importa), terminamos nuestra jornada bien entrada la noche, muchos días picamos cualquier cosa en un bar porque no nos da tiempo a ir a comer a casa… Son cosas que forman parte de nuestra profesión, las entendemos y aceptamos porque la actualidad manda. Pero al final de mes, como cualquier hijo de vecino, queremos cobrar. Y si el editor no puede hacer frente a las emolumentos de la plantilla que tiene contratada lo mejor, sintiéndolo mucho, es que eche el cierre.

Por ello, desde aquí quiero manifestar apoyo a todos y cada uno de los trabajadores de éste y otros diarios que lo han pasado, lo están pasando y seguramente lo pasarán mal durante unos meses. Esperemos que aunque una página se cierre se abra una ventana.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Los periodistas NO somos comerciales

Con la misma facilidad y rapidez con la que van desapareciendo muchos de los medios de comunicación que hasta ahora nos han acompañado día a día, surgen nuevos portales informativos. El apellido les queda grande porque no son más que plataformas de publicidad enmascaradas bajo el deseo de quienes las dirigen de llenar sus bolsillos (esto me suena de algo). Aquí, como en el noventa y muchos por ciento de los casos,  la información es lo de menos, un ardid,  una excusa buenísima que hace las veces de timo para engatusar a aquellos periodistas que desean volver al mercado laboral o que quieren comenzar a labrarse un futuro en la profesión.

Si en los medios ‘convencionales’ la figura del periodista era la de menor peso y la más denostada por el resto de componentes de la plantilla, en los portales web antes mencionados la cosa cambia. Parecía difícil sí, pero el cambio es a peor. Ahora el escriba tendrá que hacer las veces de comercial y por ello se llevará un tanto por ciento de la venta. Qué buena opción, un sobresueldo, pensarán muchos. Pero nada de eso. El timo está implícito en la ‘buena voluntad’ de la empresa contratante.Negocio redondo. Un dos por uno en toda regla: el portal se queda con el artículo de forma gratuita, y paga al articulista sólo por su labor como hábil vendedor del sitio web.

Llegados a este punto tan triste yo me pregunto: ¿No sería mejor que estos ‘medios’ en lugar de buscar periodistas  se dedicaran a contratar comerciales y publicaran única y exclusivamente lo que llega a través de  notas de prensa y canales oficiales?; ¿No es hora ya de que dejen de timar a un sector que va a la deriva?; ¿No es suficiente con soportar jornadas infernales de trabajo, horas y horas de fijación ante un ordenador, numerosas páginas que rellenar, temas de fin de semana, artículos de nevera, reportajes novedosos…?

Si queremos que la profesión salga adelante tenemos que parar el tsunami 2.0 y dignificar el sector, debemos renunciar a estas ofertas de trabajo engañosas y poner en valor nuestra labor informativa. Y para ello hemos de hacer saber a quienes mandan que los periodistas escriben, no hacen fotos, ni graban recursos, ni editan vídeos… Es hora de que el Licenciado en Ciencias de la Información ejerza como tal, el fotógrafo sea quien tome las fotografías, el cámara se encargue de los recursos gráficos, y de que a final de mes haya un sueldo y  sea digno. 

miércoles, 6 de febrero de 2013

Zona de confort

“Hay que abandonar la zona de confort”, “La vida empieza donde acaba tu zona de confort”, “Para evolucionar hay que salir de la zona de confort”. Zona de confort, zona de confort, zona de confort… Ésta es, sin lugar a dudas, la zona más manida en la actualidad.

De repente, ese lugar mental en el que nos encontramos cómodos con lo que tenemos, y en el que el miedo a lo desconocido pesa más que las ganas de dar un giro a nuestra vida, ha pasado de ser un completo desconocido para la mayoría de los mortales, a estar presente en conversaciones y publicaciones multimedia al alcance de todos.

Pero, como todo en la vida, las cosas no llegan porque sí. Los post sobre el miedo a sacar los pies del tiesto sólo te invitan a reflexionar cuando ves que para seguir adelante hay que mirar más allá de donde muere el sol en el horizonte.


Toca liarse la manta a la cabeza y buscar nuevos caminos, destinos, trabajos y experiencias que nos lleven a una versión mejorada de nosotros mismos. O por lo menos, una que nos permita volver al mercado laboral, que nos haga sentirnos útiles, que mantenga ocupada nuestra mente y que nos proporcione una recompensa económica con la que podamos mantenernos y continuar siendo independientes.Para ello muchos optarán por ampliar su formación académica (estudiar un máster o aprender algún idioma) mientras esperan que España se recomponga y vuelva a ser un país digno de los sueños de sus habitantes. 

Otros probarán suerte en el extranjero: saldrán a la vieja Europa, en busca de una oportunidad, o viajarán hacia América del Sur obnubilados con la capacidad de crecimiento de lugares como Chile, Brasil o Argentina. Economías emergentes que hace no tanto sufrieron el exilio de sus habitantes.

Paradójicamente un alto porcentaje de éstos viajaron a nuestras fronteras en busca de un sueño español del que no quedan ni las legañas.